domingo, 14 de septiembre de 2014

Es de agradecer.

Este mundo de la blogosfera es un mundo aparte y perdón por la redundancia. La creación  de FI, estuvo motivada por una trabajo académico, ya que era parte de una asignatura de la carrera. Una vez superada la asignatura, la razón de ser de FI, no parecía muy clara. No obstante, aquí continua. Reconozco que no le presto la suficiente atención y que hay temporadas, largas, que no lo actualizo.

Lo siento FI, perdóname.

Y disculpas también a esos amables y simpáticos seguidores que han estado con FI desde el principio, a los que se han ido uniendo con el paso de los meses y a los que hace unos días se han adherido a este blog.

Muchas gracias a tod@s. Espero ser más constante en mi actividad blogera. Feliz domingo.

martes, 25 de marzo de 2014

Lo dijo Steve Jobs

Hay cosas que no te cansas de oir por muchas veces que lo hagas, nunca pasan de moda, siempre son actuales. Creo que ya he hablado en alguna ocasión del discurso de Steve Jobs a los graduados de la Universidad americana de Stanford. Pues me repito, a riesgo de ser pesada. El siglro XXI tiene estan cosas: tecleas en el buscador de internet Steve Jobs en Stanford y te cambia el chip. Creo que ya dije ( y si no lo digo ahora) que esta intervención de Jobs debería de ser materia de estudio obligatoria, por lo menos,  para los alumnos de educación secundaria. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Enseñar a emprender a un emprendedor

¿Qué es lo primero que necesita una persona emprendedora?: ¿dinero?,  ¿un curso de formación?,   ¿que le hagan un par de sesiones de coach?,  ¿leer un libro de auto ayuda?,  o  ¿asistir a unas jornadas denominadas "Claves para emprender"?.  Todas estas oportunidades se encuentran disponibles para el denominado "emprendedor". No obstante y sin ánino de ofender, las vida es mucho más sencilla que todo esto.
Todos estas propuestas pueden encontrarse, en muchos casos, disponibles para el futuro emprendedor sin ningun coste, es decir, son actividades costeadadas por la Admnistración y llevadas a efecto por medio de el propio orgnismo oficial o a través de una empresa privada (centro de formación, consultora o similar)
No obstantes hay unas características inherentes al emprendedor y que, por lo general, se tienen o no se tienen, se buscan o no se buscan, simplemente son parte de la vida de uno (del emprendedor).
Si usted tiene una buena idea, piensa que puede hacer algo estupendo, algo diferente, algo genial, incluso divertido y que ello puede hacerle ganar dinero, simplemente llevelo a cabo. No pierda el tiempo ( y perdón, de nuevo es sin ánimo de ofender), haciendo cursos de formación soporíferos  o asistiendo a interminables jornadas de Entrenamiento Personal Efectivo, donde  le ofrecen la posibilidad de disfrutar de unos momentos inolvidables escuchando las ideas de un Experto Desarrollador de Ideas Alegres e Innovadoras.
Hágalo por usted mismo. Piense que sabe hacer, discurra como lo puede hacer, inspírese leyendo un libro o asistiendo a una exposición de pintura del siglo XVI o a una conferencia sobre Magallanes. Es probable que se identifique con algún pintor del XVI o con el propio Magallanes. Las personas somos impredecibles, pero siempre cometemos los mismos errores y  alcanzamos el éxito a base de trabajo, esfuerzo y sobre todo a base de pensar, de exprimir nuestro cerebro, del riesgo , de la osadía.
Todos somos emprendedores de nuestra propia historia, cada día es un desafío, cada persona posee un don: incie su propia historia desafiando a su imaginación y descubriendo su don.

domingo, 23 de marzo de 2014

Un libro, una historia

Acabo de terminar la lectura del libro titulado La loba blanca de Theresa Revay. Debida que mi nivel del idioma francés no es el adecuado (soy una futura alumna del blog de  Marie Blanche) he leido esta novela en español. El texto me ha llevado de viaje por la  la Rusia zarista, la  Europa bélica, tanto por 1914 como por 1939, entre otros muchos lugares y circunstancias. Recomiendo este libro, por su redacción (magnífica traducción que oviamente es reflejo fiel  del texto original), por los datos históricos que aporta (personajes, lugares, acontecimientos), por sus personajes (Xenia, Max, Sara,  por mencionar algunos) y por supuesto y  dada mi querencia por la historia rusa pre revolucionaria, me llama la atención el conocimiento que tiene la autora sobre la extensa y en  muchas ocasiones desconocida historia de la familia imperial rusa. 

viernes, 21 de marzo de 2014

Desde Francia

Estoy siguiendo un nuevo blog que me gusta mucho, con él  aprendo y me divierto. Además, conozco personalmente a la autora. Si necesitann un profesional que hable francés, no duden en contactar con la autora del Tus clases particulares de francés, es muy buena. Feliz fin de semana

jueves, 20 de marzo de 2014

Por fin Primavera

Hemos pasado un  invierno muy duro por aquí, por el noroeste peninsular, ya tenemos ganas de sol, calor y calma total. Por lo menos y aunque continua haciendo frío, podemos pasear al sol. Algo es algo.

miércoles, 19 de marzo de 2014

2014

La primera entrada de este año en Fuentes de Información coincide con el día de San José. Muchas felicididad  a todos y todas: José, Josefina, Pepa, Pepe, Pepito, etc. Feliz día y suerte.

martes, 27 de agosto de 2013

Comisario Brunetti

Merece la pena ver la serie de televisión Comisario Brunetti, basada en la obra de la escritora Donna Leon. Se puede disfrutar con esta serie, de intriga, belleza y cultura. Venecia es preciosa

martes, 18 de junio de 2013

Barcelona Nicolás Viñuales

Archivo Viñuales

Las prisas no son buenas y la autora de este blog tiene muchas ultimamente, y tiene al pobre FI abandonado. Tengo noticias de unos amigos de Huesca - Madrid o Madrid - Huesca, como ustedes prefieran, que tan importes ciudades son las dos, sobre este precioso e interesante archivo fotográfico.
Si son ustedes aficionados a lo antiguo retratado, no se pierdan el la exposición adjunta. Lo dicho: besos a Huesca y a Madrid y disculpas a todos los incondicionales seguidores de FI, el cual sigue aqui.Archivo Viñuales


jueves, 6 de junio de 2013

Ya volverán

La idea de cambiar el lugar de residencia habitual por el objetivo de encontrar un puesto de trabajo es cada vez más habitual. Cuando esto ocurre, las sensaciones de tristeza y esperanza se mezclan y uno no sabe bien si sentirse feliz o infeliz. Por una parte, dejas todo lo conocido, abandonas hogar, amigos y lugares de siempre.  Por otra, el horizonte se perfila enorme y desconocido: otra cultura, otras gentes, otras sensaciones. Y no hablo sólo de cambiar de país, simplemente de traslado a una  comunidad autónoma diferente, aquí en España.
Tristeza si, porque la tristeza lleva también el recuerdo y la nostalgia, que son sensaciones que nos hacen ser mejores personas. Y esperanza también, porque ella es igual a valentia y arrojo, a ímpetu y coraje. Se van, pero seguro que volverán. Más fuertes.

jueves, 23 de mayo de 2013

En el Paseo Marítimo. Capítulo 10.

Poco a poco la respiración de Mª del Carmen feu acompasada y su mirada se posó en Diego, que intentaba sonreír - hola tía - era un susurro temblón -tranquila, respira tranquila -. Ella intentó decir algo que Diego no entendió o no pudo oir. Cuando su madre llegó al sofá, comenzó a hablar despacio, seguía respirando acompasadamente, haciendo que las palabras parecieran vagas y desganadas. Se levantó con esfuerzo, dejándoles a ellos dos agachados y desconcertados. Lo que más admiraba Diego de Amelia, era que siempre sabía que hacer  y como. Era una madre cariñosa y adoraba a sus hijos. Siempre estaba de su parte y los apoyaba en todo. Por alguna razón, Diego se sentía más cercano a su tía Mª del Carmen como sobrino político que a Amelia como hijo biológico. De niño, iba a jugar a casa de su primo Pedrito muy a menudo. Aunque Diego era uno años mayor que el otro, ambos hacían muy buenas migas, siendo buenos aliados frente a su hermana Irene. Ella siempre acababa llorando, acusándoles a ellos dos de "brutos" y "malos". Cuando su primo y su tío murieron en el accidente, las visitas de Diego cesaron. Durante casi un año no volvió por la casa. En ese tiempo apenas coincidió con su tía, salvo en contadas ocasiones, Mª del Carmen desapareció de su vida. Fue en el día de su décimo cumpleaños, después de recibir de manos de su madre el regalo de Mª del Carmen; un coche rojo tele dirigido con su nombre grabado en letras doradas en el capó; cuando Diego, admirando su fabuloso regalo, quiso ir a verla. Diego ya estaba en la acera cuando Amelia lo alcanzó. Madre e hijo llegaron las Villas en diez minutos. En cuanto cruzaron las verjas de entrada, el niño comenzó a correr de nuevo, gritando el nombre de su tía. Mª del Carmen había salido a recibirles al porche, Diego todavía recordaba la pena que sintió por su tía durante aquellos años. Cuando Diego se echó a sus brazos, abrazándola y besándola como sólo un niño sabía hacerlo, él pudo ver como la cara de su tía estaba mojada,  no por el sudor o por agua, sino porque estaba llorando. -No llores, tía. Aunque Pedrito no esté aquí, yo, sí tu me invitas vendré a visitarte. No llores, mira, mamá viene ahí, he salido corriendo de casa - Diego había secado con su mano las lágrimas de ella, que habían empapado toda su cara -verás como me castigue, pero hoy es mi cumple, ven tía, vamos a por mamá -. Ese había sido el primer día, después vendrían mucho más, hasta que las visitas de Diego se hicieron frecuentes y casi diarias.

miércoles, 22 de mayo de 2013

En el Paseo Marítimo. Capítulo 9.

Él fue quién encontró a Mª del Carmen desvanecida en el sofá. Al principio creyó que estaba dormida, pero cuando se acercó a recoger las hojas del periódico desparramadas en el suelo, le llamó la atención la leve respiración de su tía. Con suavidad primero y más enérgico después, intentó en vano despertarla. Desde la cocina Mapi, la joven doncella que desde hacía seis meses trabajaba en la casa, oyó sus gritos  y corrió a la sala de estar. Entre los dos intentaron reanimarla de nuevo, fracasando otra vez. Mapi fue a por una toalla húmeda, mientras Diego la cogía por la cabeza, acariciando su mejilla. Con su mano libre, llamó al teléfono directo del dormitorio de sus padres, con la esperanza de que alguno de los dos estuviera en casa. Los minutos siguientes fueron eternos, en el momento que Amelia alcanzaba el porche, Mª del Carmen abría los ojos. Diego balbuceó palabras de cariño lo mejor que pudo, viendo la mirada pérdida de su tía, la palidez de su rostro, temió que el infarto al hubiera sumido en un coma. No sabía cuales eran los síntomas de un coma; si Begoña, su novia, estuviera allí, sabría que hacer, ella era estudiante de medicina y sabía de esas cosas, él no.

martes, 21 de mayo de 2013

En el Paseo Marítimo.Capítulo 8.

- No puede ser -Mª del Carmen hablaba sin ganas, notaba la garganta reseca y el corazón golpeándole con fuerza el pecho. Amelia estaba de rodillas a su lado, cogiéndole entre las suyas su mano, todavía respiraba con dificultad y no se atrevía a preguntar o decir nada- Es...... es Pedro, Amelia, es Pedro- la dueña de la casa buscaba con sus ojos las hojas del periódico que estaban tiradas en el suelo. Amelia las recogió y se las alcanzó. Desasiéndose de su sobrino y de su cuñada se incorporó con dificultad y volvió a mirar la foto. Las hojas temblaban en sus manos, se obligó a leer la noticia que acompañaba la foto. "En la tarde del martes quince fue hallado en el Paseo Marítimo el cuerpo sin vida de un hombre. El fallecido no portaba ninguna identificación. Vestía prendas deportivas de color azul oscuro y calzado deportivo. El desconocido es corpulento, de uno ochenta de estatura, cabello oscuro, lacio, su edad podría ser entre 55 y  60 años."- Mª del Carmen se estaba levantando sin soltar el periódico, notaba sus piernas inestables y no podía controlar el temblor de las manos, pero quería levantarse.- Debo de ir a hablar con la policía- el tono era inexpresivo, no denotaba ni la angustia ni el pánico que podían verse en sus ojos. Diego y Amelia intentaron impedírselo, en tanto que ella, dirigiéndose a la asustada doncella, Mapi, mandó avisar a Alfonso, el chófer. Abrazando el periódico, continuo caminando, sintiendo las piernas más seguras, hasta llegar a la mesa camilla en donde reposaban algunos de los marcos de plata que portaban las fotos familiares. Mientras que con una mano seguía sujetando con fuerza las hojas del periódico, con la otra cogió uno de los marcos. Era de tamaño mediano, el grosor del marco era de tres centímetros, liso, con una pequeña metopa central coronándolo. En ella estaban grabadas las letras "C" y  "P", una encima de la otra. La foto había sido tomada quince años atrás. Había sido el último día del mes de julio, después de una regata. Pedrito, su hijo, mostraba con orgullo su copa de campeón. Era un niño guapo. De sonriente semblante y alegres ojos azul cielo. Su cabello rubio, lo era tanto, que parecía teñido. Al lado su padre, Pedro Cruz, pasaba su brazo por los hombros del hijo, sonreía y le decía algo al fotógrafo. Mª del Carmen mantuvo durante unos instantes la foto en su mano, mirándola y recordando. La dejó con cuidado en su sitio y reunió fuerzas para hablar a sus dos familiares. Estos, al ver que ella no prestaba atención a sus palabras, habían optado por guardar silencio.- Amelia, por favor, ¿querías acompañarme a hablar con la policía?.- Se oía su propia voz y no tenía la impresión que ella estuviera diciendo esas palabras, Amelia intentó decir algo, pero Mº del Carmen con un gesto se lo impidió - no, por favor, no - abrazaba las hojas del periódico contra su cuerpo con fuerza- necesito que me acompañes- se volvió hacia Mapi- que Alfonso lleve a Doña Amelia a su casa, que espere mientras se arregla y que la traiga de nuevo- su voz le seguía pareciendo la de otra persona, pero a pesar de que sus manos continuaban temblando, controlaba sus acciones, despacio, pero las controlaba. Amelia se despidió con dos besos en las frías mejillas de su cuñada y se encaminó con paso rápido a la salida.

lunes, 20 de mayo de 2013

En el Paseo Marítimo. Capítulo 7.


La casa de Carmela, era, con diferencia, más grande y más lujosa que la de Amelia y Gerardo. En realidad eran dos edificios unidos por una zona de estar que llamaban "sala de estar". Esta denominación era un tanto ridícula, ya que esta sala de estarla componían varias habitaciones: la biblioteca, la sala amarilla ó salón de té, que era como Mª del Carmen solía referirse a esta estancia, el comedor y la sala de estar verde. La zona de "estar" eran doscientos metros de elegancia y belleza, en donde Mª del Carmen vivía habitualmente. El ala sur - o Villa Rosalía- solamente se usaba cuando había invitados. Entre las dos plantas y el bajo sumaban seiscientos metros. El comedor de Villa Rosalia era exquisito en buen gusto, obras de arte y vistas; el vestíbulo, el salón de té -o de café- y el salón de fumadores completaban la planta baja. El segundo piso se distribuía entre  la sala de billar y la biblioteca. En ambas plantas, sendos cuartos de baño completaban la distribución. Un bajo cubierta tan amplio como las plantas inferiores estaba destinado únicamente a dormitorios y cuartos de baño, destinado como lugar de descanso para los anfitriones o sus invitados; llegado el caso era más cómodo después de una larga velada, quedarse a dormir en Villa Rosalia, no había necesidad de ir hasta Villa Emilia.  Las cocinas ocupaban la totalidad la planta sótano de Villa Rosalia. Las dimensiones de Villa Emilia o ala norte, eran idénticas a las de Rosalia. La planta sótano de Emilia lo ocupaban el garage y el taller mecánico. La baja la componían tres dormitorios con sus correspondientes vestidores y cuartos de baño. La cocina que se extendía hasta el comienzo de la zona de estar, completaba esta planta. La segunda, en su totalidad, era el dormitorio de Mª del Carmen.
El Porche rodeaba los dos edificios y la zona de estar. Unas escaleras anchas de madera maciza comunicaban al jardín. Éste tenía  una extensión de dos mil metros cuadrados que rodeaba las dos Villas, eran edificios blancos con los tejados rojos amapola. El jardín de Mª del Carmen había recibido numerosos premios. Era cuidado por un equipo de veinte jardineros y dos capataces, dirigidos todos ellos por un ingeniero. En el proyecto original se había incluido una piscina grande y otra más pequeña, pero se desestimó. La playa estaba muy cerca y la familia siempre había acudido a ella.
Amelia tardó seis minutos en cruzar la verja de hierro en dónde se exhibían  orgullosas las iniciales de cada villa. En la hoja de la derecha de diez metros de alto por cinco de ancho se dejaban ver las rimbombantes "VR", en la hoja de la izquierda las "VE". Corrió por el camino hecho de madera de tea, tuvo que detenerse para no resbalar, sus delicadas zapatillas de raso no estaban habituadas a este ritmo y no parecían dispuestas a soportarlo durante mucho tiempo más. Olía a hierba mojada, mezclado con el olor a mar y  mezclado con el resto de los olores de las flores y las plantas, daba la sensación de hallarse en un oasis alejado del mundo. En dos minutos alcanzó las escaleras del porche, corrió a través de éste y  entró en la zona de estar por la puerta abierta,  de madera maciza,  no había preguntado a su hijo en que parte de la casa se encontraban, instintivamente se había dirigido a la zona de estar, Carmela dormía poco y madrugaba mucho; comenzaba a costarle trabajo respirar, a pesar del frío y de lo poco que le abrigaba su  camisón y su bata de seda -esta última totalmente abierta y volando a su espalda haciendo las veces de capa -tenía calor-, sentía las mejillas arder y su corazón golpeaba con fuerza el pecho. Cuando llegó a la sala de estar, Carmela ya había recobrado el conocimiento. La habían tumbado en uno de los sofás. Su cara estaba tan pálida que parecía de nieve, los ojos le brillaban muy abiertos. Diego sujetaba su cabeza y tenía cogida su mano; Mapi, una de las doncellas aplicaba una toalla mojada sobre su frente. Amelia no tuvo que preguntar nada a nadie. En el suelo, al lado del sillón, las hojas del periódico caían desordenadamente

viernes, 17 de mayo de 2013

En el Paseo Marítimo. Capítulo 6.


Durante los años siguientes, entre la viuda y el hermano no hubo ningún tipo de relación personal. La empresa constructora Cruz de La Coruñesa había sido creada por el abuelo de Pedro y Gerardo en el año mil ochocientos noventa. En ella habían desarrollado su vida profesional  la mayoría de los miembros de la familia, siendo la familia Cruz la única propietaria. Desde muy jóvenes, Pedro y Gerardo, el primero ingeniero de caminos y el otro abogado, habían entrado a formar parte de la plantilla. Sus comienzos fueron como los de cualquier otro trabajador, a pesar de ser hijos del Presidente, eran los primeros en comenzar la jornada y los últimos en finalizarla, la renovación de sus contratos no era decisión de su padre, sino del director con el cual trabajaran en ese momento. A tal extremo llegaba el celo profesional del progenitor, que durante los tres primeros años ningún trabajador de la empresa, a excepción de la secretaria del presidente, Manolita y el jefe de personal, don Ildefonso, conocían la vinculación familiar de ellos con don Pedro Cruz Seoane. Los hermanos eran brillantes y buenos trabajadores, poco a poco fueron ganándose la confianza del padre, hasta llegar a convertirse en los directores con los que todos querían trabajar. Cuando su padre falleció, ambos, por expreso deseo del difunto, se convirtieron en presidentes de la compañía y de ambos a partes iguales era la empresa.
Un año antes del accidente de coche que costó la vida al marido y al hijo de Mª del Carmen, Pedro Cruz Arenas, hizo un nuevo testamento, nombrando a su esposa heredera universal, siempre y cuando, el hijo de ambos, Pedro Cruz Galán, no le sobreviviese, ya que, es ese caso, sería el hijo de ambos el heredero universal y su esposa recibiría la pensión estipulada en el testamento anterior. El régimen de separación de bienes del matrimonio de Pedro y Mª del Carmen y la renuncia por escrito- que ella había firmado antes de contraer matrimonio con él- a toda compensación económica o material por parte de Pedro Cruz Arenas en caso de divorcio o separación, se tornó en aguas de borrajas cuando el testamento del difunto fue leído en presencia de toda la familia.
Gerardo había abandonado el despacho de Valerio Somoza encolerizado y profiriendo insultos hacía su cuñada. Esta no daba crédito a sus oídos, la esposa de Gerardo, Amelia, amiga de la niñez de Mª del Carmen. se había sentado a su lado, cogiendo sus manos entre las suyas dirigiéndole palabras cariñosas, la tía-abuela de Gerardo y Pedro, secaba sus lágrimas, recordando lo enamorado que su sobrino estuvo siempre de Mª del Carmen y lo bueno que  siempre fue con ella, hasta el último momento, siempre defendiéndola, siempre justificándola.
Una semana después la viuda vendió a su cuñado su parte de la empresa. De nada valieron las advertencias de Agustín Saavedra, su abogado y asesor, sobre el bajo coste de la venta -no se lo estás vendiendo, Carmela- repetía una y otro vez Saavedra- se lo estás regalando y no tienen por que hacerlo, no necesitas el dinero, pero vale mucho, bastante más que  esto- Mª del Carmen vendió su parte por mucho meno de la mitad de su  valor real.
Amelia, a pesar de sus cincuenta años y aunque usaba gafas para leer, ver  televisión o conducir, tenía buena vista. En ocasiones ojeaba los periódicos sin ellas. Para leer la reseña de la cena de la noche anterior no se las puso. Iba pasando las hojas con lentitud, debía de estar en la sección de local; los periódicos los domingos eran tan abundantes en páginas, que resultaba agotador sujetarlos. Entonces fue cuando sus ojos vieron algo extrañamente familiar, pero su mente seguía buscando otra cosa. Siguió pasando las hojas, pero mucho más despacio, se paró y las empezó a pasar en sentido contrario, hasta que lo vio otra vez. Ahora con sus ojos y su mente a la vez. El teléfono comenzó a sonar impertinentemente, sobresaltándola. Sin soltar el periódico, se levanto para contestarlo, no podía dejar de mirarlo. Con una mano descolgó el auricular, mientras que con la otra seguía sujetando las hojas de papel impresas. No le dio tiempo a decir nada, desde el otro extremo de la línea oyó la voz de su hijo Diego -¡Mamá, Mamá!, tía Carmen se ha.... se....ha.....desmayado, no puedo despertarla, ¡Mamá, Mamá! - la voz de Diego era entrecortada  y jadeante, la línea temblaba, se oían voces altas y llorosas, alguien hablando por otro teléfono, pidiendo un médico. A Amelia le dolió la garganta cuando le preguntó a su hijo donde estaban, cuando él le dijo que en casa de Mª del Carmen, ella ni tan siquiera se preocupó de colgara el auricular o vestirse adecuadamente. Salió corriendo en bata y camisón del dormitorio, la casa de Carmela estaba a diez minutos, no tardaría ni diez minutos en llegar.

jueves, 16 de mayo de 2013

En el Paseo Marítimo. Capitulo 5.


20 de Enero de 2000.

La velada anterior había transcurrido en los salones privados del Banco Pastor. Una magnífica  cena servida por Casa Pardo había acompañado a Amelia y sus compañeros de mesa. El presidente de un banco, el de un diario, dos miembros de la aristocracia gallega del más rancio abolengo y otros de la castellana, el director de una famosa fundación cultural extranjera. Tras muchas gestiones y viajes, Amelia había conseguido reunirlos a todos en torno a esa mesa. La exposición para Octubre era una realidad. Vendría desde Hamburgo, por primera vez en España y la Fundación Tercera con Amelia a la cabeza,lo había conseguido. Habían sido unos meses de intenso trabajo; reuniones maratonianas; viajes agotadores; tensas esperas; miedos a otras fundaciones e instituciones con más poder económico y social. Pero por fin, la anhelada exposición vendría a la ciudad.
La reunión se había alargado hasta altas horas de la madrugada y Amelia estaba agotada, exhausta. 
Eran las doce de la mañana de un Domingo gris pero no lluvioso. En la Ciudad Jardín no se oían ruidos de tráfico, en cierta manera se tenía la sensación de estar en el campo, con la diferencia de tener el centro de la ciudad a pocos minutos caminando. Desde la casa no se veía el mar, pero podía oler. Amelia abrió el balcón del dormitorio y se asomó. Olía a mar. Le encantaba ese olor. No lo cambiaría por nada del mundo. Desde niña lo había conocido y aprendido a saborearlo. Regresó dentro y por le teléfono interior pidió que le subieran  su desayuno habitual.   A los pocos minutos una doncella, después de llamar suavemente a la puerta, entró en el amplio y luminoso dormitorio portando en una bandeja de plata con un mantelito de encaje de Camariñas, el desayuno de Amelia. Era muy frugal. Té, zumo de naranja recién exprimido y un yogur natural. Hubiera podido prescindir de cualquier comida del día excepto del desayuno. Aunque en algunas ocasiones amaneciera a las tres del tarde, lo primero que deseaba era su desayuno. El té en tetera de plata; no era una vanidosa, pero Amelia mantenía que el té como mejor sabía era hecho en tetera de plata; el zumo de naranja natural, sin colar, por supuesto; un yogur natural entero, absolutamente nada desnatado, con tres cucharadas de azúcar; si tomaba el té con leche, debía de estar fría y ser semi desnatada. Amelia era austera. Apenas se maquillaba; su vestuario, aunque era muy amplio,no siempre lo componían primeras firmas, generalmente compraba en época de rebajas y los zapatos casi siempre en las zapaterías Voge; poseía innumerables joyas de todas las variedades, colores y tamaños, pero no hacía ostentación de ellas, era muy comedida en su lucimiento; sus abrigos de piel eran famosos en la ciudad, la mayoría los había diseñado ella misma, siendo la mejor cliente de los diferentes peleteros de la ciudad, tampoco abusaba a la hora de usarlos, incluso algunas temporadas tan solo utilizaba dos o tres. Con el desayuno venía la prensa diaria, así como otras revistas e incluso prensa deportiva, la de tipo económico sólo la leía en el despacho. Había tres periódicos locales, dos nacionales y dos extranjeros. Mientras dejaba que el té terminara de hacerse comenzó a buscar en el primer periódico local la reseña de la cena de la noche anterior.
Amelia era una persona tranquila, que no solía perder los nervios con facilidad, en realidad no recordaba haber perdido los nervios nunca. En los momentos de mayor tensión tanto familiar como profesional, había sabido mantenerse firme y flemática; quizás por la educación espartana que había recibido; el internado suizo; su condición de hija única; el haber crecido entre adultos; su entorno familiar serio y exigente; su matrimonio, lo mas dulce que recordaba era el nacimiento de su hija Irene. Ella no dejaba de sorprenderse cuando recordaba la sensación de inmenso dolor y rabia que había experimentado en el momento de saberse embarazada de su primogénito, Diego, prácticamente a los quince días de la boda, recién llegados de la luna de miel, conoció su nuevo estado. No contaba con ello. El engendrar a su primer hijo fue una acción no planificada y no deseada, por lo menos hasta pasado un tiempo. Su ignorancia le hizo pensar, que su esposo, aunque sólo cinco años mayor que ella, pero con mucha más experiencia en determinados temas, habría tomado medidas para evitar determinadas consecuencias. Durante nueve meses odió al ser que llevaba dentro. Deseó abortar. No solamente su espléndida figura desapareció, sino que debido a complicaciones, debió de permanecer guardando reposo absoluto durante los  últimos cinco meses. Dos enfermeras cuidaban de ella día y noche. Cuando el bebé nació, después de doce horas de dolor, su cuerpo y su mente estaban rotos de dolor y cansancio y la sola mención del  niño le producía mareos. En los siguientes años su vida transcurrió felizmente. El niño crecía sano; su matrimonio era feliz; tenía una preciosa casa; su vida social era plena y divertida, todo iba bien hasta el día del accidente.
Exceptuando a  Amelia, la única persona por la cual  Gerardo sentía algo y siempre lograba convencerle y calmar su genio había sido su hermano Pedro. Desde el accidente, nada había vuelto a ser  lo mismo. Toda la rabia y la furia de Gerardo Cruz ante la muerte de su hermano se habían vuelto hacía su cuñada viuda. Jamás en público se refería a ella y si coincidían en alguna ocasión -situación  que era bastante habitual- nunca se dirigían la palabra. Tres días después de los funerales,  había ido a visitar a Mª del Carmen. Ella estaba intentando no llorar otra vez, permanecer serena delante de él. Lo había conseguido  y no había llorado, había conseguido mirar a los ojos enloquecidos de él, manteniendo los suyos secos y desafiantes. - Eres una asesina - sus palabras, permanecían en su memoria desde entonces- una puta de mierda y una asesina. Jamás olvidaré que tú lo mataste. Eres una maldita puta asesina de mierda. No quiero volver a verte jamás. Tú y sólo tú lo has hecho. Desde el día que entraste en la vida de mi pobre hermano comenzaste a destruirlo. Su vida erais tú y vuestro pobre hijo. Os adoraba. Tú le humillaste, le insultabas cada noche, bebiendo y jodiendo como una perra en celo. Tu condición de madre no te hizo ser más responsable, al contrario. Continuaste follando como una puta barata, por un cigarrillo o por una copa. Doy gracias a Dios porque mi sobrino se haya ido con su padre, una puta como tú no merece ser madre, ninguna inocente criatura merece a una mierda como tú como madre....t - Mª del Carmen se había levantado y acercándose sin apartar la mirada de los ojos de su cuñado, se había puesto frente a él. Ambos podían sentir el aliento del otro y ella pudo sentir el esfuerzo que realizaba él para no abofetearla, oyó com o su propia voz salía seca y firme, no le temblaba, apretando los puños, conteniendo sus manos para que no salieran disparadas hacía la cara de él - Sal de mi casa ahora mismo, no tengo porque aguantar tus insultos, yo seré una puta, pero eso da igual ahora, al menos he tenido el buen gusto de no joder contigo, lo  cual dice mucho a mi favor, ¡fuera de mi casa! - había subido el tono y la garganta el dolía por el esfuerzo. Continuó avanzando con pasos cortos hacia él, que se vio obligado a retroceder - tú no sabes nada, no tienes ningún derecho a juzgarme; no eres mejor que yo, -ella había seguido avanzando haciéndole retroceder más a él, la rabia le daba coraje -sigues siendo un golfo, tu polla loca no ha parado de mojar en todo coño de mierda que se le ha antojado, eres despreciable, me das asco, ¡¡fuera!!,¡¡fuera de  mi casa!!- la cara de él era un mueca de odio y sorpresa, la rabia le impedía articular palabra, la mira de ella era ahora tan enloquecida como había sido la suya antes, giró sobre sus talones y con grandes zancadas salió de la casa.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Estoy participando en un concurso

Este blog, Fuentes de información, también conocido como FI, esta participando en un concurso de blogs y hasta la fecha no ha recibido ni un solo voto - no, no me he votado yo misma, no me parece bien -  durante unos dias el enlace para votar a FI se incluyó en algunas entradas, es este:
Para votar a este blog ver aquí y muchas gracias. Bien. Pues simplemente  lo recuerdo. Este es el enlace Concurso Blog. Hay muchos blogs, es muy interesante, muchas gracias por su atención.

martes, 14 de mayo de 2013

Sonriendo de verdad

Como decía ayer, la felicidad en el trabajo y en la vida están muy bien, pero son difíciles de alcanzar; suponiendo que se tenga un trabajo en donde poner en práctica esa felicidad, claro.
¿Qué es la felicidad en el trabajo?, ¿aguantar impertérrito al compañero pelmazo o al jefe tirano?, ¿dar gracias por recibir la nómina todos los meses, después de cuarenta y cinco horas extras al mes sin remunerar?. Puede definirse de muchas maneras o tener muchas caras, a lo mejor, la felicidad en el trabajo consiste en saber decir todos los días a todos los compañeros (jefe incluido): ¡hola buenos días!, eso si, dígalo sonriendo de verdad, por favor. Ya me dirán que tal.

lunes, 13 de mayo de 2013

La felicidad y el sentido común en el trabajo y en la vida

Leo en la prensa local que en los próximos días se celebra en mi ciudad un congreso dedicado a la felicidad en el trabajo, es decir, los jefes deben de ser unas personas encantadoras y super enrolladas con los subordinados y mantener siempre la moral alta  de estos; que bien ¿a qué suena bien?. El problema es que esto no es así, al menos en la gran mayoría de los casos, y no, no soy negativa, ni retorcida, ni estoy amargada; simplemente constato una realidad. Además, en la publicidad de este congreso dedicado a la felicidad en el trabajo, se dice que no quieren que vaya gente con ideas negativas, que el congreso en cuestión está dedicado a gente que piense en positivo, pues vale. Es decir, dicen que: "sólo quiero gente como yo, que nadie me cuestione nada que me descentro". Deducimos que este congreso está orientado a los emprendedores, desempleados, estudiantes, etc y directivos, por supuesto, se trata de cambiar mentalidades, aportar ideas, abrir puertas, etc., entonces: ¿porqué tiene coste la asistencia?, tienen patrocinadores. ¿No sería más adecuado que los desempleados y estudiantes pudieran asistir de forma gratuita y que la publicidad fuera algo como: "Si piensas negativo y siempre dices no a tu cliente, ven con nosotros, que te vamos a dar unas cuantas ideas positivas.....", o algo similar?. En fin, ustedes mismos, ¿Qué como se llama el congreso?: busquen, busquen.......

viernes, 10 de mayo de 2013

Viernes dedicado a Lepe

Ya saben que me gustan mucho los viernes, considero el viernes un día muy simpático, por ello dedico hoy esta entrada al Lepe y a todos sus habitantes, ¡feliz finde! 

jueves, 9 de mayo de 2013

Con todo el respeto del mudo para Lepe

Un poco de humor siempre viene bien y repito con todo el respeto y agradecimiento para Lepe y su gente, tengo este chiste que me ha enviado una amiga, a la cual doy, una vez más las gracias desde FI



El flamante Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barac 
 Obama, ha oído hablar tanto de los leperos, que su primera decisión es 
 invitar a un grupo de leperos a que visiten los Estados Unidos.

 Manda su propio avión a recogerlos y preparan un gran recibimiento en el
 hangar presidencial, en donde colocan un gran foro, con banda, alfombra y
 pancartas dando la bienvenida a los leperos.

 Al llegar el avión, la banda empieza a tocar, los coros a cantar, se abre 
la puerta del avión, se asoma la azafata y... nada, que no bajan los 
 leperos.

 El presidente, descontrolado porque no bajan, manda a su secretario
 a investigar.
 
 Va el secretario y regresa con el presidente y le dice: "Señor, los 
 leperos no quieren bajar porque tienen miedo de Well"
 
 El presidente no entiende nada y le dice: "y quien es Well?"
 
 Regresa el secretario y le dice al lepero:
 
 "Pregunta el Presidente qué quien es Well?"
 
 Y el lepero le dice:
 
 "Pues no se, pero allí, en esa pancarta, dice:
 
 WELL COME LEPEROS"

miércoles, 8 de mayo de 2013

Siempre leyendo

Con esto de las nuevas tecnologías parece que todo lo que no sea internet o medios on line es algo así como del siglo pasado. Tengo un lector de libros y leo mejor y mucho más rapido que en un libro convencional, pero eso no quita que el leer en papel no sea un gustazo. Ambas modalidades son perfectamente compatibles y llevaderas entre si. Lo que de verdad importa es que el  hábito de la lectura sea una práctica habitual, además, no hay nada mejor que un buen misterio para olvidar las preocupaciones y sinsabores del día a día.

martes, 7 de mayo de 2013

En versión original

Es una suerte que a uno le guste leer, un libro transporta, evade, es una gimnasia cerebral estupenda, si además es en  versión original y se puede disfrutar directamente del autor, mejor que mejor. Me gustan mucho los escritores suecos, acabo de terminar el último de Camila Lackberg, Los vigilantes del faro, como siempre ha sido una lectura entretenida y amena, en el marco siempre interesante de ese bonito país que es Suecia. Y ahora estoy leyendo a Reyes Calderón, que me esta entusiasmando con su El jurado número 10.

lunes, 6 de mayo de 2013

Ser educado o ser iguales

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Pues si, puede que sea un poco antigua o del siglo pasado, pero y perdonen que no pretendo ofender a nadie, a mi eso de ver a un señor cediendo el paso a una señora o levantándose para ofrecerle su sitio, me gusta, lo veo, como diría, ¿educación?, ya, ya se que somos todos y todas iguales, ya, bien, pero, a mi lo otro también me gusta.

viernes, 3 de mayo de 2013

¡Vieeeeernesssss!!!!!!

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Perdonen el título, pero de alguna manera debemos animarnos, y un viernes siempre será un ¡viernes!. Feliz finde

jueves, 2 de mayo de 2013

Actores y directores

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Si les gusta la acción y que además les haga pensar, les recomiendo la serie americana The Americans, probablemente ya la he recomendado pero al igual que House of cards, me gusta mucho, tanto una como la otra. Los actores geniales y la dirección genial. Y con palomitas, todavía mejor.

miércoles, 1 de mayo de 2013

En el Paseo Marítimo. Capítulo 4

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19 de Enero de 2000.

La autopsia no había revelado gran cosa acerca del hombre del Paseo Marítimo. Varón: uno ochenta de estatura, complexión fuerte, cuerpo cuidado, buena calidad de vida, probablemente deportista, entre cincuenta y sesenta años, ninguna cicatriz de cirugía estética o de accidente, abundante pelo negro y lacio, cara cuadrada, pómulos marcados, ojos alargados, cejas negras y amplias, nariz grande y afilada, labios gruesos, perfecta dentadura sin implantes, tampoco ningún empaste reciente o antiguo, su estomago contenía sólo líquidos, nada sólido, no llevaba anillos, cadenas, reloj ni pulseras, ninguna identificación. Sus uñas estaban cuidadas, al igual que sus pies, los hombres no solían tener problemas de callosidades, a no ser juanetes, el hombre del Paseo Marítimo tenía unos pies  sanos.
Transcurridos cuatro días sin que hubiera mediado ninguna denuncia por desaparición que encajase con el  caso PM132/00, el comisario Yuste, después de consultar los informes de desaparecidos de las otras provincias de la Comunidad Autónoma, dio orden de insertar la foto del individuo en la prensa del Domingo, era una manera como otra cualquiera de averiguar algo. Quizás  alguien conociese al muerto, o quizás no. Tarde o temprano se acaba descubriendo.. Pero este al comisario Yuste le daba mala espina. El aspecto del hombre era demasiado cuidado, demasiado bueno. No era drogadicto o un ratero, un vagabundo tampoco, un fugado de prisión tampoco -tenían dos en busca y captura-, lo que más llamaban la atención eran sus ropas. Era un equipo de sudadera y pantalón azul con una raya gris, estaba muy gastado y al hombre le quedaba pequeño. Las zapatillas aunque eran de buena calidad, se veían también gastadas y eran un número menor. Él usaba un cuarenta y tres, mientras que las zapatillas eran un cuarenta y dos. Era muy incómodo correr con un calzado inapropiado. La camiseta que llevaba debajo era gris oscura,  lisa, también gastada. Todo parecía recién lavado. Todo ajado pero lavado y no era la talla adecuado para la persona en cuestión.

martes, 30 de abril de 2013

El relevo

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Hoy, 30 de abril, Holanda cambia de tercio o de soberano, como ustedes prefieran. Tendencias aparte, hoy es un día que se estudiará en los libros de historia. Sus Majestades Guillermo y Máxima toman posesión, felicidades. Son los primeros de una nueva generación de soberanos, ¿quién será el siguiente?.

lunes, 29 de abril de 2013

Con un buen pie


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Y por supuesto el currículum debe de llevar un pie de página acorde con el antes mencionado título o encabezado. El procesador de textos es una herramienta indispensable a la hora de confeccionar el currículum, no duden en usarlo,  en caso de no disponer de ordenador en su domicilio, acudan a un centro cívico o biblioteca de su barrio, los ayuntamientos - algunos, no todos - disponen de ordenadores de uso gratuito; pidan ayuda a amigos y familiares, hagan de su currículum su mejor carta de presentación. Pongan en el pie los datos que consideren mas adecuados: su correo electrónico, su número de teléfono, pero siempre con dos datos básicos: su nombre y apellidos y la fecha en la que envían el currículum, este último dato tiene una doble función: para la  empresa que recibe el currículum es más sencillo situarle a usted en el espacio tiempo y para usted - puesto que se quedará con un copia de este envio - será más sencillo saber cuando envio esta información a la empresa. Además y como detalle simpático, en el encabezado junto con los datos que ha incluido pude escribir el nombre de la empresa y/o la referencia del puesto.