jueves, 6 de junio de 2013

Ya volverán

La idea de cambiar el lugar de residencia habitual por el objetivo de encontrar un puesto de trabajo es cada vez más habitual. Cuando esto ocurre, las sensaciones de tristeza y esperanza se mezclan y uno no sabe bien si sentirse feliz o infeliz. Por una parte, dejas todo lo conocido, abandonas hogar, amigos y lugares de siempre.  Por otra, el horizonte se perfila enorme y desconocido: otra cultura, otras gentes, otras sensaciones. Y no hablo sólo de cambiar de país, simplemente de traslado a una  comunidad autónoma diferente, aquí en España.
Tristeza si, porque la tristeza lleva también el recuerdo y la nostalgia, que son sensaciones que nos hacen ser mejores personas. Y esperanza también, porque ella es igual a valentia y arrojo, a ímpetu y coraje. Se van, pero seguro que volverán. Más fuertes.

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