miércoles, 16 de mayo de 2012

Sonrisas y lágrimas

La dichosa crisis es el pan nuestro de cada día y junto con el tiempo, que siempre ha sido un tema de conversación muy clásico y recurrente, se esta convirtiendo en protagonista de muchas conversaciones, ya se puede andar con cuidado el tiempo, ya puede espabilar o el día menos pensado dejamos de hablar de él, ¡qué la crisis nos aprieta a todos!.
Recuerdan aquello de " a mal tiempo buena cara" o esto otro tan absolutamente optimista de "¡malo será!, esta última expresión es habitual de Galicia, una cadena de supermercados gallegos,  la utiliza en su publicidad y es sensacional, optimismo a toneladas.
Otra, "no llovió que no escampara" y otra, "después de la tormenta viene la calma", en nuestra cultura tenemos muchas frases o dichos optimistas y cargados de esperanza. 
Ya, la crisis, la crisis, pero oiga, hoy hace más calor ¿verdad?, da gusto, al menos se puede pasear, además, de momento no nos cobran por ver escaparates. (No se preocupen que todo llegará)
Bien, mi observación hoy, es que la gente, las personas, van tristes, no se ríen. Me explico. Una cosa es estar triste y otra ir con semblante tristón, porque eso va calando en uno o una, hasta llegar a la médula y es entonces cuando ataca directamente a la actitud y es entonces cuando, a parte de la crisis, a parte de que el IVA suba, el sueldo baje (o se esfume), el pan también suba y además le duela el callo y se lleve mal con su pareja y el chaval le suspenda todas juntas, es  en ese momento cuando además de ser un pobre infeliz, en un país a reventar de penas y desgraciados, es cuando se convierte usted en una persona fea, triste y al borde de las lágrimas.
Hágase un gran favor, busque un espejo, refléjese en él y sonría. Cuando vaya a comprar el periódico, diga buenos días y compre el periódico sonriendo, cuando vaya a tomar el café busque  al camarero, dígale buenos días sonriendo y pídale el café. Lo del espejo hágalo absolutamente todos los días; lo demás, por supuesto, también. 

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